
En un principio, creí que no existían. Algunas veces pensé que era incapaz de ver uno cuando estaba rodeada de ellos; que incluso, los había pisado. Otras, simplemente creí que eran supersticiones idiotas: "Yo no creía en eso".
Mi búsqueda había sido infructuosa, ya no habían esperanzas, estaba condenada a jamás tener un trébol entre mis manos, ya estaba cansada de buscar.
Pero cuando levanté la cabeza y miré a mi alrededor, me encontré con algo mejor.
Algo que no era verde, ni tenía cuatro hojas.
Algo mágico, indescriptible, inesperado.
¡Eras tú!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario